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lunes, 24 de enero de 2011

En mi mente siempre estas...


Estábamos los dos solos frente a un pasto verde, en la puerta de una casa que no era la tuya, sonreías, bromeabas y estabas contenta, me contabas que hace tiempo no visitabas ese lugar, que hace mucho no te sentías tan bien lejos de todo, mientras me contabas todo yo solo podía mirarte, al decir verdad admirarte, tu sonrisa, tu cabello, el campo, todo parecía perfecto, impecable, duradero y real.

Compartimos miradas y me abalance a darte un beso, uno apasionado, de esos que se te acelera el corazón y se te agota la respiración, pero aun así no quieres parar, solo el despertar me aleja de esa felicidad que anhelo. Mi sueño solo fue contemplarte como casi siempre lo hago en la vida real, sin embargo solo en aquellas situaciones irreales me armo de valor para robarte un beso, una caricia, un amor y solo ahí extiendo mi corazón a la felicidad sin tapujos, ni peros, ni impedimentos, creo que la única forma de ser feliz a tu lado se queda en lo más profundo de mi mente, en ese limbo que se activa cuando duermo, cuando descanso y me relajo, si es así quisiera poder vivir en el limbo por siempre y no despertar a la cruda realidad todos los días. Donde no tengo la menor idea de lo que sientes por mí: ¿será solo amistad? ¿Será algo más? ¿Será amor? Dame alguna pista o si no es mucho pedir dame una oportunidad para demostrarte mi verdad.

"Al principio todos los pensamientos pertenecen al amor. Después, todo el amor pertenece a los pensamientos" (Albert Einstein).

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