rss
email
twitter
facebook

viernes, 20 de mayo de 2011

Cuando recuerdo tus besos...


Escuche tu llamada entre mis sueños, casi medio dormido conteste y dijiste para vernos y salir al cine a charlar, como buen amigo acepte además nos debíamos un café hace tiempo para conversar, note en tu voz que necesitabas hablar así que como soy bueno escuchando salí a tu encuentro. Llegue como siempre tarde, al final no fuimos al cine, mucho menos a tomar café, así que optamos por ir a tomar unas copas y charlar amenamente.

Elegiste un buen lugar, también elegiste el primer trago, había buena música, empezamos a contarnos las cosas que nos pasaban, anécdotas, relaciones buenas, relaciones malas, intercambiando ideas, conociéndonos poco a poco, quizás nunca charlamos de verdad cuando nos veíamos, porque cuando te veía en la disco, solo bailábamos o te encontraba camino a casa; sin embargo ese día nos decidimos y charlamos cerca de 5 horas, como dirían una conversación larga y ¡tendida! En realidad me di cuenta que conocía poco de ti, pero en el fondo sabia como te sentías inclusive antes que me contarás todo, no te miento ya me ha pasado, siempre te ves con alguien, se saludan, se hablan, pero nunca te sientas a charlar, porque quizás esa persona aun no lo necesita o simplemente aún no se da el momento. Creo que en el fondo estábamos cobrándonos todas las charlas que nos debíamos, todos esos consejos que debimos escuchar o dar, en realidad nadie sabe de la vida de otra persona hasta que se cruzan y se sientan a charlar, ya sea en un café, un parque, en un salón de clase, basta que dos seres sientan la necesidad de contarse cosas, para poco a poco empezar a darse cuenta que pueden congeniar muy bien.

Mientras tú me contabas que estabas sola, yo te contaba mis experiencias con las relaciones; mientras te decía que te veía casada y con hijos, tú solo sonreías, pero un miedo en ti rondaba en que podría ser verdad, mientras me contabas lo aburrida que te sentías con tu vida, yo te contaba mis viajes, vivencias y fracasos, mientras tu querías haber vivido todas esas cosas, yo solo miraba tu vida tranquila, sin mayores emociones y sin mucho sufrimiento, mientras brindábamos por la vida más sorpresas nos esperaban, mientras más libre te sentías más a gusto yo estaba, mientras más pasaba la noche más nos acercábamos y mientras más eras tú misma más me gustabas.
Pasaba la noche, charlamos, tomábamos, bailamos de todo, inclusive aprendiste algunos pasos de baile, la verdad aprendes muy rápido, nos divertimos la verdad “juergueamos “ a mas no poder, te sentías más libre, bailábamos tan juntos que por momentos quería besarte, pero prefería que estés sentada para hacerlo, fue como tú dices un impulso, pero del cual no quería quedarme con la duda, así que a conciencia pura empezamos a besarnos ya no era yo el que solo quería hacerlo, también tú, no nos importaba nada más que ese momento, los besos eran tan apasionados, no sé si era el efecto afrodisiaco de los tragos (Ya sé porque ponen esos nombres a los tragos) pero estábamos besándonos y continuamos así todo el resto de la noche, bailamos besándonos sin importarnos nadie, sin tabú ni vergüenza, sin restricciones, sin dolor, sin penas, sin todo lo que nos saturaba en la vida, sin problemas, con solo describir esos besos cálidos, vienen a mi mente ese aroma delicioso de ti, sintiendo algo diferente dentro de mí.

A cada momento mencionabas que no sabías porque lo hacías pero tus labios y tu mirada lo sabía perfectamente, creo que es algo que se dio, olvidar es divino y fuerte la fuerza del destino, así que ese día el destino se puso de acuerdo en juntar dos labios que no se separaron toda la noche, parece que detuvimos un tiempo en nuestras vidas, para disfrutar de ese momento. No hay pretextos, no hay culpables solo dos corazones abriéndose a conocerse más, a seguir el destino, algo que quizás cada uno había perdido en algún momento y ahora nos empecinábamos en recuperar, no se trata más que vivir creyendo en tu propia dirección y la verdad.

No me pidas que lo olvide, porque la verdad siempre guardo mis mejores recuerdos, además me gusto y mucho te diré, recién acabamos a empezar a correr y no se puede parar, la segunda parte es mejor, seguir hasta el final, hay que recordar que la voluntad sirve para empezar a correr, parece que tuvimos mucha voluntad ahora el único camino es el porvenir. ¿Qué resultado nos dará? Porque preocuparnos solo dejemos que el tiempo y el destino lo decida, por mi parte estaré aquí a tu lado hasta que se me permita, hasta donde se pueda llegar, descubriéndote cada día más, admirándote cada vez más aunque pienses que estás loca, quizás las personas más locas en este mundo son las más cuerdas. Creo que mi lección, además de mezclar tragos afrodisiacos, es que en día a día saludas a alguien, cruzar un par de palabras pero puede llegar un momento donde los caminos se cruzan y despiertas para darte cuenta que el destino si existe.

0 comentarios:

Publicar un comentario