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martes, 31 de mayo de 2011


Como nunca me desperté muy temprano, algo muy peculiar en mi rutina diaria ya que soy amante del buen sueño, desperté con esa sensación de que el día sería diferente no sé si para bien o para mal salí de mi casa súper temprano hacia frio así que decidí caminar rumbo a mi trabajo ya que me quedaba muy cerca y además era temprano. Llegue al trabajo 5 minutos inclusive después de mi caminata y respectivo cigarro mañanero que no probaba desde que estaba en Madrid. El transcurso del día fue normal, un día más de trabajo con sus altibajos lo típico, eran salida esperaba encontrarme con alguien, con una persona  con quien estos últimos días me he sentido a gusto, me he sentido bien.

Me dieron ganas de caminar, de pensar, de charlar algo que había perdido hace algún tiempo y he estado retomando esta última semana, en días así necesitaba ver el mar, quien me conoce o me haya leído debe saber que el mar me trae una paz interior muy buena, me relaja escuchar el golpe de las olas, el sonido del viento con un ligero frio que te adormece, estaba ahí junto al mar una buena compañía y relajado. Me sentía por unos momentos cerca de Piura, cerca de mi familia, de mis amigos, cerca de lo que quería, me fui a jugar en larcomar, despejarme un poco, por cierto he descubierto que tengo suerte en muchas cosas, en los juegos (siempre gano y no sé cómo) en mi primera vez en el casino también me paso eso, en fin esa es otra historia que escribiré.
Relajado y después de una larga caminata contigo, me dirigía a casa, hasta que la primera llamada que llego me sorprendió, me preocupo, tenías problemas en casa de eso no tenía duda, tu rostro cambio totalmente, si buscábamos un momento para ponernos serio, ese fue el momento, tuviste que salir volando a tu casa y yo me quede preocupado, sin poder hacer más que decirte que tengas tranquilidad y paciencia, algo que creo no ibas a hacer, pero me dejo un poco tranquilo. Llegue a casa, que por cierto estaba vacía, pero poco a poco empezaron a llegar; terminando de cenar llego mi segunda llamada, hace tiempo que no escuchaba esa voz, que tanto tiempo me acompaño en las buenas y malas, aquella amiga de años que deje de hablarle, te notaba muy triste, no sé si llorando o quizás por que estabas con gripe, pero llamaste y querías charlar, yo también quería contarte mi día, quería decirte que salí a caminar, que después de tiempo veía el mar, que sentí nostalgia de Piura, quería contarte que estoy conociendo a alguien un poco más cada día, quería contarte que sigo sin dormir bien, que mi vida la enfoque a mis proyectos personales. Pero no dije nada, porque estaba aturdido y sorprendido con que llamaras; la has pasado mal ahora lo sé, te escribiré sobre esa llamada, en definitiva solo te sentí muy triste.

“La vida no se mide en minutos, sino en momentos” es una de las frases que encaja para esto, te despiertas con la sensación de que tu día será diferente y lo es, estas relajado, tranquilo, feliz por solo un pequeño instante y de pronto llegan cosas que cambian esa tranquilidad, regresamos a la vida real, donde todo es injusto, donde los problemas pasan y despiertas de ese sueño corto. La felicidad no es una constante, lo compruebo cada día y en momentos como el de hoy se reafirman.  Hoy pienso positivo y todo lo que me pasa sé que es bueno no puede ser de otra forma, no puedo dormir porque me preocupo por todo, aunque no lo parezca, siempre trato de cuidar a las personas que quiero, siempre velo sigilosamente, me alegro con noticias de las personas que cuido, como el caso de ti Emma que tienes 6 meses de embarazo, sé que serás una buena madre y que tu niña será hermosa como tu (Espero que no tan loca como tu) pero un bebe es una bendición para la familia y me siento feliz en que lo tengas. Como verán hoy ha sido un día de noticias, hechos en los cuales no puedes decir que fue un buen o mal día solo tienes que decir que fueron momentos…Gracias por el momento que pase contigo hoy y gracias a ti por darte un momento y leer esto.

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