Ingratitud

La recuerdo a ella, la conocí cuando en el internet no existía el Messenger, Twitter ni Facebook ; en aquellos tiempos el internet recién llegaba a la ciudad, recuerdo con nostalgia aquellos dos grandes y únicos cibercafés en los cuales se espera un buen tiempo para poder navegar, existía el mIRC32 un chat tan rústico que las caritas eran en código ASCII , estábamos viendo nacer internet. Me gusto charlar contigo, charlamos por horas llego la noche, empezó una lluvia fuerte y seguíamos charlando tú estabas a unas cuadras y te propuse vernos para ir juntos a casa, aceptaste así que fui a verte.

Fue una odisea llegar a ti por primera vez, eran 5 cuadras con una lluvia torrencial, las calles parecían ríos caudalosos; pero por fin llegue estaba empapado con frio y me acerque a tu cabina y te dije ¡aquí estoy! me miraste sorprendida en ese instante sabía que esto sería algo más que una amistad. Caminamos juntos hasta encontrar un taxi con esa lluvia terminamos mojados los dos, pero la pasamos bien, a pesar del frio el calor de una buena compañía te hace olvidar todo.

Empezamos a salir, la pasábamos súper bien, éramos muy compatibles, yo siempre te hacía reír y tú siempre me hacías reflexionar lo bueno y malo de la vida; yo aún estaba en el colegio y tú en la universidad, dos entornos distintos, al cual no se me hizo difícil adaptarme; porque contigo todo se hacía más fácil. Recuerdo aquel día que me dijiste Sí, yo saltaba en un pie de alegría acabábamos de salir de misa, tenías en la mano un cuento que redacte para ti donde puse un “te quiero pero tengo miedo decirlo y ¿tú?”

Así empezó una bonita relación que me enseño muchas cosas, a pesar que tú eras mayor que yo, te lograba entender y trataba siempre de ayudarte; me encanta salir contigo a caminar los fines de semanas, aquellas fiestas de la universidad que íbamos juntos, aquellos hermosos atardeceres en lo más alto de la ciudad, aquellas tardes en tu cocina jugando con las recetas, que nunca nos salieron, si lo admito me encantabas, me gustabas y te adoraba; juntos tuvimos muy buenos y gratos momentos; contigo aprendí muchas cosas que jamás olvidare. Prometimos cuidarnos mutuamente y siempre confiar uno en el otro, a estar en las buenas y malas, así terminemos porque a pesar que se acabe el amor, nos queríamos demasiado como para no ayudarnos mutuamente.

Ingrese a la universidad, pensé que con todo lo bueno que pasamos estar juntos sería mucho mejor; estábamos más cerca, fuiste el motivo de falta de muchas de mis primeras clases (luego aprendí que los motivos para faltar a clase siempre existen!!!) con el transcurrir del tiempo no pude saber si fui yo o tú? Pero empezamos a separarnos si lo sé, yo conocí más personas otros entornos y tú estabas súper ocupada con tus finales, si también lo aprendí yo pensaba en la juerga y la siguiente fiesta del fin de semana, pensaba en pasarla bien, divertirme sacar provecho de la universidad, me distancie de ti pero tú también, al principio no entendía nada, pensé que lo hacías porque quizás lo nuestro estaba acabando, porque te gustaría otro chico yo que sé! Pasaban muchas cosas por mi cabeza, no comprendía que querías alejarme de tus problemas, y necesitabas alejarme de ti, que no querías preocuparme con tus cosas y las miles de cosas que te estaban pasando. Llego el día terminamos, tú lo decidiste todo no podía a obligarte a que estés conmigo, nadie puede hacerlo con alguien que ama y quiere mucho.

Pasó el tiempo, nos cruzábamos por el campus de la universidad, nos saludábamos de vez en cuando hasta que deje de verte, no me olvide completamente de ti; pero simplemente nunca te visite, ni te llame, tampoco le pregunte a tus amigas por ti, solo me preguntaba por ti, pero jamás pase por tu casa a visitarte, lo sé tengo culpa quedamos como amigos terminamos bien y quedamos en comunicarnos y ser amigos; pero no escogí ese camino al contrario decidí simplemente dejarte ir y tratar de no saber de ti. Hasta que un día me pregunte por ti, quería visitarte verte, charlar y cocinar contigo; habían pasado ya 2 años sin saber de ti, yo estaba en una etapa tranquila en mi vida, me sentía bien conmigo mismo, aprendía muchas cosas cada día la vida me enseñaba de a pocos como era este mundo, busque en mi antigua agenda tu numero te llame pero no existía ya el número, así que decidí visitarte. Era de noche estaba parado frente a tu casa tocando el timbre salió una señora, pregunte por ti me dijeron que ya no vivías ahí, que la familia se había mudado a lima y ahora alquilaban la casa.

Recordé que tú mejor amiga vivía cerca (Si ella la que nos atrapo en la cocina aquel día, qué ¡vergüenza! ¿Recuerdas? Pobre casi rompe los vasos, claro ver a tus amigos en una situación muy excitante en la cocina quien ¿no?) Pues decidí ir a visitarla y preguntar por ti, claro se acordó de mi como olvidarte me dijo (jajaja chistosita no??) le conté que venía de casa de su mejor amiga y ya no vivía ahí así que quería saber dónde estaba y que era de su vida?

Bien aquí la historia, ella tenía problemas en casa, sus padres se divorciaron y quedo bajo la tutela de su padre, a los meses le detectaron cáncer a su padre así que viajo con él para acompañarlo y cuidarlo, dejo la universidad ese tiempo; preocupada por su padre se dedicó a cuidarlo y apoyarlo contra la enfermedad que combatía su papá; como sabemos el cáncer es una enfermedad que puede matarnos de la noche a la mañana, una lucha muy difícil y que pocas veces se gana; su padre murió 7 meses después y ella abatida por el dolor de la pérdida del ser que más quería; decidió quedarse en lima estudiando, quedo muy afectada con la muerte de su papá me cuentan que cayó en una depresión tan grave que asistía a sesiones psicológicas para superarlo, siempre llamaba y hablaba con su mejor amiga; le contaba cómo se sentía y siempre preguntaba por mí, decía que siempre la hacía reír y eso le hacía falta; una mañana decidió acabar con su triste agonía con todo lo que la ahogaba en este mundo, se fue sin despedirse, sin decir nada; se suicidó en julio y pocas personas se enteraron; solo los amigos más cercanos aquellos que siempre estaban apoyándola, aquellos que no fueron ingratos y se preocupaban aun por ella.

Quede sin palabras, no comprendía porque a ella le paso todo esto, y como pudo tomar una decisión tan drástica, ¿le acobardo la soledad?, ¿se hundió en su dolor?, hubiese querido saber exactamente que paso por su cabeza antes de hacerlo; de algo si estaba seguro no estuve ahí, fui un total y completo ingrato, no te llame ni te busque, no me preocupe por ti, no sabía ni siquiera que estabas pasando por todo eso, prometimos que siempre estaríamos ahí para apoyarnos aunque las cosas cambien, lo sé te falle!; quisiera retroceder el tiempo y al menos coger el teléfono o ir a tu casa, una de las tantas veces que pensé en ti y me pregunte por tu vida; cuando más me necesitaste no estuve ahí contigo, no pude darte las sonrisas que merecías en los momentos que más lo necesitabas, discúlpame y perdóname en ser ingrato; ya aprendí la lección no debemos olvidarnos de las personas que compartimos gratos momentos, de aquellas personas que nos enseñaron muchas cosas y en vez de dar las gracias, solo pagamos con la ingratitud; una llamada no cuesta mucho, un mensaje de correo electrónico, un mensaje en Facebook, un tweet, comunicarse es más fácil hoy, no seas ingrata o ingrato cuando en un mundo como hoy puedes comunicarte desde Perú hasta Italia; hoy no hay pretextos para ser ingratos y nunca los busques en la vida aprendes lecciones que te demuestran que no debemos olvidarnos de las personas que queremos y no seas ingrato(a) llama o escribe un email después de leer esto a esa persona que no vez hace tiempo y que no sabes si aún vive o no? Espero esto sirva de lección a otros y aprendan algo de esta historia.