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jueves, 29 de julio de 2010

Soledad


Mi primera impresión al saber de ti fue como ver una rosa, muy bella, hermosa, apasionada pero con espinas que causan dolor. La primera vez que te conocí me parecías una chica, linda, atractiva, súper risueña y muy alegre; pero como siempre sucede la procesión se lleva por dentro y nunca sabemos lo que guardamos en el fondo del corazón.

Entablamos amistad, nos llevábamos bien, salimos un par de veces, charlábamos en el chat, hablábamos por celular y la verdad descubrí que aquella chica tiene un problema muy común en algunas mujeres, el amor.

Conoció a un chico, súper buena onda, respetuoso, un gran hombre según sus palabras, la verdad no me consta, sin embargo podemos darle la opción de la duda; siempre le gusto y si antes no estaba con él, fue porque estuvo en una tormentosa relación, donde llego a convivir, pero como en la gran mayoria de las convivencias a temprana edad, ¡no funciono!, así que regreso a vivir sola y empezar todo de nuevo, es aquí donde empieza el romance con su príncipe azul, con aquel que le gustaba siempre y que estuvo ahí siempre.

Vivía un tiempo de ensueño, salían, se divertían, la pasaban súper bien juntos, las súper juergas que vivían parecía amor; la verdad creo que una mujer se ilusiona con los momentos que pasa con una persona, lo que comparten, cuando es escuchada y lo complementa con el sexo; sin embargo el típico género masculino, le basta y sobra con el sexo; me imagino pudo darse ese caso aquí, sin embargo le doy la ventaja de la duda y queda a criterio de quien lea esto. Estuvieron bien por un tiempo, pero hay un pequeño detalle que me olvide contar, el tipo era casado y con tres hijos; aunque no pareciera a simple vista y en el modo que cuento la relación que él vive con esta chica, creo que no se lo imaginaban, pero es que nada es perfecto y lamentablemente ambos afrontaron esto sabiendo el daño que podían causar.

El amor es ciego, nos vuelve ciegos, siempre debemos tener en cuenta eso; en este caso aquella chica estaba cegada por el amor, me imagino para cualquier persona, sería una locura meterse con un hombre casado; porque ya sabemos que busca un hombre casado; sin embargo ella no, solo sigue la relación ahogándose en la ilusión que un día terminará y la hará sufrir.

Y ese día llego, recientemente acaba de terminar con aquel tipo, se alejó de él, dejo también la universidad, se cambio de trabajo, ahora todo empezaba a tornarse más pesado, asi es la vida, cuando uno toma estas decisiones todo se complica y lo peor que hizo es ahogarse en la soledad y depresión; hasta que por locuras que se cruzan en la cabeza en momentos determinados, decidió tomar pastillas para ver si solucionaba su vida de una vez; afortunadamente no logro su cometido y sigue viva. Sigue viendo a aquel tipo aun no comprendo el porqué, conservar una amistad así, luego de terminar es muy peligroso y tiende a sucumbir a las debilidades humanas, no hay que buscarle 5 patas al gato dicen siempre; creo que debería darse un tiempo y ver qué pasa, que las heridas sanen solas.

¿Por qué lo hizo? No lo tengo claro, quizás fue un momento de estupidez humana, quien sabe; ¿Por qué se metió con un hombre casado? sencillo se enamoró y no vio nada más que a él; ahora ella intenta llevar una vida tranquila, lejos de las noches bohemias y la frenética vida limeña, espero le funcione, tiene que tener mucha fuerza de voluntad, para salir poco y olvidarse de él, veamos que dice el tiempo, lo mejor es tener paciencia y debe enfocar su vida en mejorar poco a poco; nadie muere de amor, puedes suicidarte, asesinar por infidelidad, pero morir de amor, no he leído caso alguno; el conflicto entre la mente y el corazón siempre existe y depende de cada uno tenerlos bajo control.

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