Parecía un tipo bonachón, atento, buena onda y conversador como todo taxista limeño; estábamos debatiendo, el típico tráfico de lima, escuche unas propuestas muy buenas de aquel taxista, me explico todo el sistema norteamericano de tránsito que comparándolo con el europeo es casi lo mismo.
-Le pregunte: ¿Usted ha estado en E.E.U.U.?
-El respondió: claro, he vivido 8 años allá y el pregunto: y ¿tú?
-Yo respondí: No en E.E.U.U., pero si en España.
-Luego el taxista hizo una pregunta muy precisa: ¿Y Ud. estaba legal o de ilegal?
-Yo: Legal por supuesto.
-El taxista: Yo no.
Aquella pregunta y respuesta me hicieron reflexionar y aquí viene la historia:
El taxista como solo lo llamaremos aquí, estuvo 8 años viviendo en Estados Unidos, se fue de ilegal a buscar el sueño norteamericano, como muchos peruanos; pero estando allá era muy difícil encontrar trabajo siendo ilegal, asi que hacia sus pequeños “recursos” podando jardines, con lo cual ganaba entre $6 a $18, claro si tenía suerte, porque habían tipos que pedían podar su jardín o arreglar algo casa, cuando llegaba la hora de pagar decían: "ven mañana", al llegar el otro día los dueños decían: ¿ te conozco?.
Y es así la vida ilegal, una amiga portorriqueña decía:
En Estados Unidos, estamos los dos paseando por el parque, entonces veo un perro pasar con su dueño, yo voy y pateo al perro; el dueño me denuncia, me lleva a la estación de policía, me pide una indemnización y hasta querrá que le pague psicólogo al perro; por que dicho perro es legal en E.E.U.U. y tiene derechos. En cambio si estás tú de ilegal ahí; voy te pateo, te reviento la boca a patadas en plena calle, no puedes hacerme nada porque eres ilegal y ese perro tiene más derechos que tú.
Una comparación lógica de mi querida amiga y muy real, así con estos percances nuestro amigo el taxista logró juntar dinero y con una identificación falsa de un puertorriqueño muerto (Identificación que por cierto compro); Tramitó su licencia de conducir y pudo conseguir un puesto de chofer de cargueros en una empresa norteamericana, como todo peruano trabajo duro, ganaba bien y durante 4 años pudo tener una vida acomodada además como todo peruano se hizo amigo de todos en el trabajo y de sus jefes.
Les cayó tan bien a los jefes, que paso de ser chofer a un puesto de asistente del jefe, él tomaba los pedidos y organizaba todo el inventario de las cargas que venían por día. Logro hacer su trabajo tan bien que hasta le sobraba tiempo para descansar en horas de trabajo.
Sin embargo un día, lo llama su jefe a la oficina y le dice:
-El jefe: Amigo ¿Estas de ilegal?
-El taxista: Me descubrió jefe, sí estoy de ilegal ¿me va despedir? si lo hace tiene dos opciones pagarme mis días de trabajo o no, igual yo me voy pero por favor no llame a migraciones.
-El jefe: Pero ¿Cómo te voy a despedir si me han dicho que estás muerto? Jajaja mira amigo mío yo quiero que te quedes y lo puedes hacer eso si no vas a ganar lo mismo, será un poco menos.
-El taxista: Acepto y muchas gracias, pero si gano menos trabajo menos así que ya ¡sabe! Jajaja (viveza peruana)
Y ambos rieron juntos he hicieron el trato, nuestro amigo el taxista ganaba menos, pero esta situación era mejor que salir a buscar empleo de ilegal o que te envíen a migraciones, así que estuvo trabajando y descansado la mayor parte del tiempo en la empresa, nadie lo obligaba porque todos sabían que él cumplía con sus objetivos y era una persona responsable.
Los latinos nos envidiamos entre sí, no somos compañeros, creo que ya es la forma de ser de todos allá afuera. No hay unión entre latinos en el extranjero. Así que como en todo lugar hubo un envidioso de nuestro amigo el taxista y fue un colombiano; un día este colombiano llego ebrio al departamento del taxista, golpeo la puerta y le propino un golpe en la cara; como todo peruano respondió a los golpes estrellando su cabeza contra el suelo y haciéndolo sangrar. Con todo este escándalo los vecinos llamaron a la policía y llegaron inmediatamente.
Dos hombres altos, de test blanca se acercaron y preguntaron:
-¿Qué pasa aquí?
-El taxista: Nada, mi amigo está un poco ebrio y se estrelló en una repisa de mi casa, ¿verdad amigo?
-El colombiano (No sabía hablar mucho ingles): yes, OK
La policía tomo sus datos y dijo tengan cuidado, que no se repita y no hagan mucho ruido.
Aquel taxista, paso por un mal rato, además que recibió un golpe casi lo llevaban a la estación de policía donde se darían cuenta que es ilegal, sin embargo al día siguiente mientras cenaba tocaron su puerta 2 personas, vestidas de traje y con maletines en la mano.
Cuando él se disponía a abrir, sonó el móvil que tenía en la mano, era su amiga y vecina y le dice:
No salgas, no abras la puerta hay dos sujetos de migraciones tocando tu puerta.
Él se quedó pasmado, sin decir nada, ni hacer bulla; estuvo así helado un largo rato hasta que estas 2 personas se fueron. En efecto eran de migraciones y a los pocos días tuvo que renunciar y salir volando de regreso a Perú antes que lo deporten.
Una muy buena historia, que me hace reflexionar por los miles de casos de peruanos, latinos que están ilegales en el extranjero; lejos de su tierra, sin sus familiares, sin su hogar, sin su comida, sin derechos, luchando y sobreviviendo en una país que los discrimina. Nosotros estamos en nuestra patria, aquí tenemos todo tan cerca, tenemos muchas oportunidades, pero aun así vivimos como latinos ilegales, porque no nos ayudamos entre sí, y al contrario siempre sentimos envidia y buscamos que el otro falle, que las demás personas que logran sobresalir, caigan y estén debajo de nosotros. No tenemos unión interna, es algo que se ha perdido; yo he visto que en provincia aún existe unión, pero al llegar a lima me di cuenta que todos reman para su lado, si remaran juntos otra seria la historia, otro seria el Perú. Me da mucha pena que en nuestra patria no seamos unidos y lejos de ella somos peor, yo lo he vivido.
Ahora pregúntate: ¿vives como legal o ilegal en tu País?